En una escuela Waldorf cada cambio de estación
es representado en una mesa donde se colocan elementos naturales que simbolizan
cada período. Estas mesas, que no tienen por qué ser una
mesa, puede ser una estantería, un rincón en la cocina, etc. están pensadas
para que los niños observen el paso del tiempo y de las estaciones y sientan
los cambios continuos de la naturaleza, observando el ritmo cíclico
y repetitivo de cada año.
Normalmente las mesas de estación suelen estar decoradas con
bonitas telas de algodón, lino o seda, eligiendo sus
colores, dependiendo de la estación en la que nos encontremos. Después, sobre
éstas, iremos colocando los diferentes elementos de la naturaleza y lo que
represente a cada festividad estacional. Es importante hacer partícipes a los niños en el proceso de recolección, salir a la
naturaleza (aquí te hablaba de los beneficios que aporta en los niños el juego en los espacios verdes) y estar atentos de lo que se puede aportar, pintar una imagen
asociada a la estación para decorar la mesa y luego juntos decorar la mesa.